viernes, 20 de diciembre de 2013

Editorial

El tema del presente blog es el paisaje cultural cafetero; las grandes y las pequeñas historias que allí se pueden encontrar y moldear de tal modo que se constituya toda una pieza periodística con ellas. En este se pueden divisar cinco historias muy diferentes pero que tiene por tema el mismo, la cultura cafetera y los factores que la constituyen. El blog está conformado por dos crónicas, un perfil, una noticia y una entrevista que surgen en el territorio quindiano, y que nosotras, estudiantes de la universidad del Quindío del programa de Comunicación social y periodismo, nos hemos encargado de gestar de la mejor forma que nos fue posible, con total empeño y poniendo en práctica los conocimientos adquiridos en la cátedra de prensa I. Esperamos que los textos les agraden y las historias les cautiven tanto como a nosotras. El paisaje cultural cafetero posee grandes rasgos costumbristas que han trascendido a través de los tiempos y que han otorgado una identidad al país; el café es quizá el factor más representativo de Colombia a nivel mundial, catalogándolo como el productor del mejor grano y de ahí, el valor tan importante que han recibido las tradiciones, las prácticas, las costumbres y los paisajes que forman parte de la cultura cafetera. Es común encontrar historias autóctonas dentro de ésta cultura que fomentan la protección y la trascendencia de la cultura cafetera, pero esta vez quisimos enfocarnos en personajes y costumbres que han propinado un valor particular a este patrimonio, las cuales están enmarcadas dentro de un contexto social y cultural, como lo es el tema de la fonda que es una de esas tradiciones particulares que exponen representativamente nuestra cultura que hace unos años era tan imponente en un departamento como el Quindío y que gracias al reconocimiento otorgado por la UNESCO hoy es más reconocido a nivel internacional.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Parque Los Arrieros, tradición y cultura


Por: María Alejandra Cancino López 


El parque los arrieros es un parque temático y cultural situado en la vereda Santana del municipio de Quimbaya, donde están enfocados en reconocer, valorar y exaltar la importancia de la cultura arriera en nuestro país y más aún en nuestra región, además intentan rescatarla del olvido, ya que tantos colombianos y mismos quindianos no conocen esta cultura y no saben el papel tan importante que jugaron por un largo tiempo, pues habían sido estos, los arrieros que por tantos años trasladaron el café de una parte a otra valiéndose solamente del lomo de su mula, pero no fue solamente café lo que transportaron, sino que fueron gran variedad de artículos y productos como paja, trigo, carbon y maquinaria que llevaron hasta los lugares más remotos del territorio nacional; además nos permiten conocer la memoria histórica, el origen y los aportes que los arrieros le hicieron a la construcción, el desarrollo, la industria y el comercio a no solamente una región, sino a toda una nación.

Los arrieros sostuvieron la economía de esta región cafetera durante varios siglos, donde forjaron y dejaron legados aún más importantes que el económico.
"Somos la ventana de un país hecho a mano que creó sus grandes e imponentes autopistas a punta de machete y sudor, le transmitimos a todos los visitantes nuestra filosofía de RECORDAR VIVIENDO".

Recordar viviendo, si, eso es lo que hace parque los arrieros ya que todos sus visitantes experimentan los orígenes, las creencias, cada una de las vivencias, leyendas, la riqueza étnica, cultural y económica de nuestro pasado y todo esto un despliegue con nombre propio, los arrieros.


Este parque cuenta con un paisaje cultural cafetero total, donde se encuentra toda la música, arquitectura, cultura, integridad y autenticidad de la arrieria quindiana; además cuenta con unas hermosas fuentes hídricas que se convierten en un espectáculo a los ojos de cualquier visitante nacional e internacional.

El parque los arrieros es un regalo que le hizo el gremio cafetero al municipio por sus casi cien años de fundación.



"Arrieros somos y en el camino andamos"



viernes, 13 de diciembre de 2013

Juan Valdez y Conchita orgullo Colombiano.


Por: María Alejandra cancino López
        Michel Valentina Vélez


Siempre que se oye el nombre Juan Valdez, se hace honor al país que lo vio “nacer”, Colombia, llena de satisfacción decir que es una marca Colombiana, reconocida no solo a nivel nacional sino internacional, con una calidad admirable, pero ¿qué hay detrás de Juan Valdez?, ¿cómo se decide crear a este personaje?

Este personaje se adoptó como el símbolo de la cultura y tradición de producir café en Colombia con vocación de calidad y con la dedicación propia de las familias cafeteras colombianas por su cultivo. Conchita, la fiel mula que frecuentemente acompaña a Juan Valdez, surge como un elemento que contribuye a describir las dificultades geográficas que los cafeteros tienen que superar, ya que las inclinadas pendientes de las montañas no permiten el ingreso de carros, todo esto para que los consumidores puedan apreciar el suave y delicioso café colombiano.

Juan Valdez vive en el corazón de Colombia, en las montañas de los Andes, donde el sol, los ciclos de lluvia y la tierra tienen unas condiciones especiales para producir un café de alta calidad.

Su misión durante años junto a Conchita, ha sido representar las tradiciones de las familias cafeteras Colombianas. Se trata nada más y nada menos de más de 500.000 familias, que cultivan nuestro café, cosechándolo grano a grano, con un alto compromiso por la calidad y el cuidado de nuestro medio ambiente.

Aunque Juan Valdez es un personaje creado (ficticio), él para cada uno de nosotros existe, él vive en nuestros corazones, en todo aquello corazón que tenga un lazo fuerte con la comunidad cafetera y sí, es un personaje creado, pero en base a más de 500.000 familias. ¡Juan Valdez vive en Colombia, vive en el mundo! 

jueves, 12 de diciembre de 2013

La fonda, una cultura arraigada

Por Yulieth Camacho Ortiz

“Todo es inútil si el último fondeadero no puede ser sino la ciudad infernal, y allí en el fondo es donde, en una espiral cada vez más estrecha, nos suerbe la corriente”.     
 Italo Calvino “Las ciudades invisibles”.






Hace unos años cuando la cultura campesina aún era tan imponente en un departamento como el Quindío, se observaba la cualidad majestuosa que guardaban las fincas y sus particulares formas de expresar sentimientos, que junto a la maravillosa naturaleza bañada en cultivos de café le daban un sorprendente valor a lo que hoy llamamos paisaje cultural cafetero.

La fonda es uno de esos rasgos de la costumbre cafetera que genera identidad gracias al estilo que contempla la estética de nuestros colonizadores. Hoy son muchos los recuerdos que se vienen a la mente cuando nos hablan de aquellos lugares que significaban el paseo de familia y la vista esplendorosa de curiosear sus paisajes.

Una fonda es un negocio que está ubicado estratégicamente en el cruce de los caminos y las carreteras principales, es un punto de referencia espacial para identificar las veredas, las fincas y las familias, sus dueños que son quienes las atienden manejan información de todas las personas que por allí transitan.  Aquí se encuentran las tradiciones compartidas entre lo rural y lo urbano, por un lado se vendían los productos básicos que las personas compraban en el pueblo y que son indispensables para la labor rural, que mezclada con la música guascarrilera, los tangos y la venta de licor ilustraban la alegría de la reunión infrecuente que hacia una hibridación entre lo tradicional y lo moderno.

Describir estos lugares resulta bastante interesante, tanto su arquitectura como su imaginario comprenden una serie de abstracciones que dan sentido a la imagen que nos planteamos sobre la fonda. Es una casa que guarda relación con diseños que permanecen o que reproducen las formas de la arquitectura tradicional antioqueña, de amplia extensión cuyas puertas y ventanas sobrepasan la mitad de su altura, cuyos rincones están decorados con elementos viejos como vitrolas, lámparas, vasijas, pilones; y algunos tan particulares y excéntricos como los aperos de caballos y mensajes tan jocosos escritos en materiales tan ásperos que hacen alusión a lo que podríamos llamar un “grafiti autóctono”. Una fonda se caracteriza porque en ella predominan los colores naranja y verde que representan la costumbre cafetera en su más vigorosa esencia.

Para esta época las familias campesinas conservaban plenamente sus costumbres; su forma de hablar y vestir eran tan espontaneas y sencillas que uno pensaría que era casi paradójico que se produjera un cambio puesto que para muchas familias el día sábado comprometía el viaje al pueblo a hacer sus mercados.

Hoy somos conscientes y hemos aprendido a contemplar esos rasgos coloniales dentro de la ciudad; cada vez son más las fondas urbanas que inspiran ese ambiente nostálgico de lo rural, aunque su funcionamiento está ligado a negocios de comidas típicas acompañadas de música folclórica o como es común, las que funcionan exclusivamente como sitios para ingerir licor, donde la música (ritmos como tangos, rancheras, boleros y música de carrilera) es el acompañante ideal para despedir los amores imposibles y marcar la pauta a parejas de enamorados.

Entrar en este lugar es un viaje apasionado a los años en los que la alegría salía a flor de piel, la memoria revive los acontecimientos más fugaces convertidos en recuerdos, la riqueza de las costumbres campesinas expresa sentimientos que responden a los más sinceros síntomas de sentirse como en casa. Se puede sentir la exaltación que provocan los olores que despoja una bestia amarrada, la suciedad que envuelve al campo con su tierra y aire con esencia labradora, el olor al café seco, lugar donde las personas de avanzada edad no cambian su rutina adormecedora, quizá por lo placentero que encarna la costumbre envuelta en la nauraleza, lástima que la situación actual del café ya no les brinde los recursos que les permita trascender la rutina originada en su infancia y tienen que buscar otra forma para sobrevivir a éste triste emplazamiento.

Aquí el pasado y su melancolía resulta inevitable por ser la base de una cultura que vive en el presente con la nostalgia de desprenderse de una historia llena de remembranzas.

        

                                  
ENTREVISTA
 por: Daniela Castro


Alba Yirley, una joven comunicadora social y periodista, que desempeño su cargo en el área turismo de la gobernación del Quindío, nos da su opinión acerca del paisaje cultural cafetero.

¿Porque cree que la UNESCO le dio la declaratoria al Quindío y al paisaje cultural cafetero?
 Porque es una región muy rica naturalmente, es privilegiado de poder contar con tanta belleza, que ni siquiera los países industrializados poseen, sus costumbres que han perdurado a través del tiempo como lo es el yipao, el arriero y las chapoleras han sido parte fundamental para esta decisión, además de los lugares que hacen honor a las costumbres.

¿Cuál es tu percepción sobre el paisaje cultural cafetero?
Que si se saben aprovechar la riqueza cultural y natural, no solo se va a beneficiar las personas del Quindío, si no los turistas que vienen de diferentes lugares del mundo y llegan interesados a conocer la razón de la declaratoria, observar si en realidad el paisaje cultural cafetero está bonito como dicen. Pero no solo se deben preocupar los entes gubernamentales sino todos tratando de cuidar la naturaleza y transmitir en generación de generación.

¿Desde hace dos años que se dio la declaratoria, que cambios crees que ha surgido el paisaje cultural cafetero?
Si, el paisaje cultural cafetero ha surgido muchos cambios.

¿Estos cambios han sido positivos o negativos?
Creo que no se ha sabido potencializar la riqueza natural, y no se ha dado un manejo correcto ante la declaratoria, solo se ha hecho en la parte publicitaria, se habla de planes pero no se ha involucrado del todo la comunidad. En conclusión considero estos cambios negativos.

¿Cree usted que el aumento del comercio a gran escala es producto del paisaje cultural cafetero por sus avances en el turismo?
No sé si sea tanto el comercio en gran escala, pero si estoy segura de que es turismo, porque han llegado más personas al Quindío, para conocer la región y al venir ellos hay mas consumo, pero en realidad es más productivo el turismo.

¿Hemos hablado del poco interés de la comunidad por el paisaje cultural cafetero, cual crees que sea la principal razón de esta indiferencia?
El principal problema es porque se ha perdido la costumbre de transmitir la cultura de generación en generación, como lo hacían antiguamente los padres, ya hoy en día no es así, un niño o un joven no saben de dónde surgió un  yipao, un arriero o las chapoleras, y en la riqueza natural es como el dicho “las personas no saben lo que tiene hasta que lo pierden” y ojala no lleguemos al punto de perderlo todo, para ahí si reflexionar sobre lo hermoso que es el lugar donde vivimos y  que Dios nos regalo.

¿Que se podría hacer para evitar tanta indiferencia?
Se debe hacer campañas en los diferentes puntos de encuentro, para que valoren el campo, que cundo vayan a una finca cafetera sepan apreciarla y no destruirla. También promover eventos gratuitos para fomentar la cultura cuyabra y que así no se pierdan las raíces.

Muchas gracias alba por compartir con nosotros tu opinión acerca de nuestro paisaje cultural cafetero

A ti, y pues ojalas todos tomemos conciencia antes de que sea demasiado tarde.
Creación de productos agroindustriales en la universidad del Quindío
PUNTOS PARA LA AGROINDUSTRIA EN LA UNIQUINDIO
La creación de productos agroindustriales por parte de los jóvenes uniquindianos, ah despertado el interés en las empresas de la región.

Gran sorpresa causo el resultado de la exposición realizada en el bloque de Ciencias Básicas por parte de los jóvenes uniquindianos estudiantes de la facultad de Ciencias Agroindustriales, quienes en convenio con semilleros, grupos de investigación y empresas de la región, realizaron una excelente exposición de productos realizados con materias orgánicas que se muestran prometedores y que demuestran el talento de los universitarios.

En el evento que tuvo lugar en el bloque de Ciencias Básicas de la universidad del Quindío participaron de manera considerable gran cantidad de estudiantes, maestros y empresarios, quienes se mostraron interesados en los productos que se expusieron en los diversos stands del evento. El resultado fue bastante interesante, puesto que, los diversos productos fabricados por los estudiantes de la facultad de Agroindustria y las organizaciones vinculadas con el proyecto, tales como semilleros, grupos de investigación y empresas del Quindío, lograron despertar el interés de la audiencias quienes, aplaudieron con agrado y admiración la labor e los jóvenes estudiantes.
En la exposición se evidencio la calidad de los conocimientos adquiridos por parte de los estudiantes, y los grandes talentos que se han forjado en la institución, todo esto con el fin de acreditar la facultad ante las diversas empresas que formaron parte de la audiencia, y quienes a futuro tomaran los conocimientos de los estudiantes para el desarrollo de sus empresas y la creación de nuevos productos que beneficien el mercado de la región.
Es importante fomentar en los estudiantes el interés por crear y por formar empresa, y a su vez, despertar el interés de los empresarios de la región por los talentos uniquindianos que están fructificando en la academia.
 Este tipo de eventos y de convenios entre la academia y la empresa son favorables y rentables, ya que, ofrecen la oportunidad de futuras pasantías para los estudiantes que se están formando en el campo de la agroindustria y de futuros y exitosos productos creados en la región a base de materia orgánica de la región y que pueden abarcar con eficiencia el mercado.

Por:

Angie Juliana Rincón Gonzales